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Estrés por la economía en las nuevas generaciones (II)

Paula Montoro - 3 abr 2024

En la primera parte del artículo exploramos cómo las preocupaciones económicas se han convertido en una fuente de estrés y ansiedad para las nuevas generaciones. Abordamos las diferencias generacionales y cómo el contexto actual ha impactado en su perspectiva financiera. En esta segunda parte, profundizaremos en cómo los más jóvenes están desafiando los paradigmas tradicionales y adoptando nuevos patrones de comportamiento financiero.

¿Cómo nos afectan los cambios? Consecuencias.

Ya sabemos que el mundo financiero está en constante evolución. La expansión de internet, la irrupción de las fintech y la globalización han transformado las reglas del juego, creando nuevos desafíos y oportunidades. Pero, ¿qué áreas son las más afectadas?

Educación financiera

Las generaciones más jóvenes, que han crecido con la masiva expansión de internet, pueden tener acceso a una cantidad sin precedentes de información financiera en línea. Sin embargo, la calidad y veracidad de esta información pueden variar, y puede ser difícil discernir qué consejos son válidos y relevantes para su situación específica. Además, la educación financiera formal en las escuelas puede no haberse adaptado completamente a los cambios en el entorno financiero y tecnológico.

Referencias y modelos a seguir

Como comentábamos en la primera parte del artículo, los más jóvenes todavía se basan en las experiencias y consejos de sus familiares en lo que respecta a las finanzas. Sin embargo, las necesidades económicas y las oportunidades han cambiado significativamente desde la época en que estas generaciones estaban en su apogeo económico. Por lo tanto, seguir modelos antiguos puede no ser la estrategia más efectiva en el contexto financiero actual.

Tecnología y fintech

Las nuevas generaciones tienen acceso a una amplia gama de herramientas y servicios financieros en línea, como aplicaciones de gestión financiera, plataformas de inversión y servicios bancarios digitales. Estas tecnologías pueden simplificar y agilizar muchas tareas financieras, pero también pueden presentar riesgos y desafíos únicos al no contar con la base necesaria en lo que respecta a los conocimientos financieros para realizar con éxito este tipo de operaciones.

Impacto en la salud física y emocional

El estrés financiero puede tener un impacto significativo en la salud física y emocional de las personas. Los síntomas más comunes son alteraciones del sueño, preocupación constante, cambios de humor, dificultad para concentrarse, tensión muscular y problemas gastrointestinales, todos los cuales pueden afectar negativamente la calidad de vida de los jóvenes.

Millenials y generación z: Nuevos paradigmas

Según una encuesta realizada por MFS Investment Management, los millennials españoles muestran una baja tolerancia al riesgo. La crisis económica de 2008 y la pandemia del COVID-19 han dejado un impacto duradero en su mentalidad respecto al gasto e inversión. La necesidad de asesoramiento financiero entre los millennials ha aumentado considerablemente, pero los asesores encuentran dificultades para atraer a este segmento debido a percepciones erróneas sobre su patrimonio y falta de tecnología adecuada.

La relación entre padres e hijos millennials en términos de asesoramiento financiero es limitada, con casi el 60% de los padres afirmando que sus hijos adultos nunca han conocido a su asesor. La distancia geográfica y la falta de voluntad para compartir el mismo asesor son las principales razones para esta brecha. Sin embargo, los millennials muestran disposición para dialogar y recibir ideas de los profesionales, resaltando la importancia de una orientación más personalizada en esta era de plataformas virtuales para la gestión del dinero.

Por otro lado, la Generación Z muestra una prioridad por la estabilidad financiera sobre los ascensos en el trabajo, subrayando la importancia de beneficios como la cobertura sanitaria, los fondos de jubilación y los permisos retribuidos, según apunta un estudio de “The Standard”. A pesar de tener ambiciones profesionales, la mayoría se siente "vulnerable económicamente", con menos de un tercio considerándose en una buena situación financiera.

Esta generación está moldeando el mercado laboral al exigir a los empleadores medidas más efectivas para abordar sus preocupaciones financieras. Confían en las empresas para acceder a beneficios económicos y no temen cambiar de trabajo en busca de mejores condiciones. Las empresas que invierten en la formación y alivian las cargas financieras de sus empleados jóvenes tendrán más éxito en atraer y retener talento de las nuevas generaciones.

También existe una tendencia entre la Generación Z llamada “ahorro silencioso”, ganando popularidad poco a poco como una respuesta a la dismorfia económica y la ansiedad relacionada con la apariencia de riqueza en redes sociales. A diferencia del "lujo silencioso", caracterizado por la discreción, el "ahorro ruidoso" se trata de proclamar orgullosamente el valor económico de las compras, especialmente si han sido adquiridas a un precio más bajo, desafiando “el postureo” y visibilizando la precariedad económica en lugar de ocultarla.

Esta tendencia busca mitigar la angustia financiera y aliviar las tensiones económicas en las relaciones interpersonales, especialmente cuando uno no puede permitirse participar en ciertas actividades debido a limitaciones financieras. Aunque la práctica del "ahorro ruidoso" puede ser adoptada tanto por personas con recursos económicos limitados como por aquellas con abundancia financiera, destaca la importancia de la humildad y la actitud de control de gastos frente al derroche.

Redefiniendo el éxito

El éxito ya no se define únicamente por la acumulación de bienes materiales o un ascenso profesional. Las nuevas generaciones buscan un equilibrio entre la vida laboral y personal, priorizando la salud mental y el bienestar. El "vivir para trabajar" se transforma en "trabajar para vivir", valorando experiencias y tiempo libre por encima de largas jornadas laborales.

No solo están redefiniendo el éxito y el consumo, sino que también están transformando el panorama financiero. Ponen el foco en la sostenibilidad, la tecnología y el emprendimiento, abriendo nuevas posibilidades para un futuro más equilibrado y próspero.

Abordar el problema y hallar soluciones. ¿Qué podemos hacer?

Es sumamente importante tener en cuenta todos los aspectos mencionados para poder ofrecer recursos y herramientas que se adapten a estas nuevas circunstancias. Desde SafeBrok, proponemos algunas soluciones para abordar el estrés económico entre los jóvenes: 

Invertir en educación financiera

Asignar recursos a programas de educación financiera, tanto en el ámbito escolar como a nivel comunitario, puede ayudar a capacitar a las nuevas generaciones en la toma de decisiones financieras informadas y responsables. Además, se puede facilitar el acceso a recursos educativos en línea confiables que aborden temas como ahorro, inversión, presupuesto y gestión del crédito. 

Mentoría y asesoramiento

Facilitar el acceso a asesores financieros calificados y servicios de mentoría que puedan proporcionar orientación personalizada sobre planificación financiera, gestión de deudas y establecimiento de metas financieras a corto y largo plazo. Un primer paso puede ser comentar en casa, en familia o con amigos nuestras propias experiencias al respecto para encontrar las mejores opciones.

Tecnología y herramientas digitales

Impulsar el desarrollo y la adopción de herramientas digitales innovadoras que simplifiquen las tareas financieras y fomenten hábitos de ahorro y planificación. Es fundamental brindar educación sobre el uso seguro y responsable de la tecnología financiera para evitar riesgos como el fraude y el robo de identidad.

Cambio cultural y nueva mentalidad

Fomentar una cultura de transparencia y apertura en torno a las finanzas, donde hablar sobre el dinero y buscar ayuda financiera no esté estigmatizado. Es recomendable promover una mentalidad de ahorro y gestión prudente de los recursos, reconociendo el valor del ahorro a largo plazo sobre el consumo inmediato y la gratificación instantánea.

Resiliencia y adaptabilidad

Preparar a los jóvenes para enfrentar la incertidumbre económica con resiliencia y adaptabilidad, desarrollando habilidades para afrontar cambios inesperados en el mercado laboral y económico, resulta esencial. Esto se podría solventar generando espacios de diálogo para que los jóvenes puedan compartir experiencias, ideas y preocupaciones sobre las finanzas. Las entidades financieras deben comprender las necesidades y preferencias de las nuevas generaciones para ofrecer soluciones innovadoras y personalizadas.

Después del recorrido que hemos realizado, podemos concluir que el estrés económico no es solo una carga individual, sino un problema sistémico que requiere una respuesta integral y colaborativa, desde instituciones educativas y gubernamentales hasta empresas y organizaciones privadas. 

Abordar el estrés económico en las nuevas generaciones requiere un enfoque holístico que combine educación financiera, apoyo emocional, oportunidades equitativas y colaboración entre diferentes sectores de la sociedad. Aceptar que la tecnología ha transformado radicalmente la forma en que interactuamos con el dinero y que esta tendencia se intensificará en el futuro puede ser un primer paso. Además, es fundamental reconocer que invertir en el bienestar financiero de las generaciones emergentes no solo beneficia a los individuos, sino que también fortalece la salud económica y social de la sociedad en su conjunto.

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