Estrés por la economía en las nuevas generaciones (I)
Paula Montoro - 7 mar 2024
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Una de las principales causas de ansiedad y estrés son las preocupaciones financieras y el 'llegar a final de mes'.
Las nuevas generaciones de jóvenes destacan por ser las más educadas y preparadas en términos académicos, alcanzando un número sin precedentes de licenciados y estudiantes universitarios en España. Sin embargo, muchos sufren un nivel significativo de estrés financiero al enfrentarse a la realidad económica. Este estrés surge de diversos factores, siendo uno de los más destacados la falta de educación financiera.
Aunque España ha logrado avances relevantes en el ámbito educativo, con más de la mitad de los jóvenes españoles entre 25 y 34 años poseedores de estudios superiores y sobrepasando así las medias internacionales, el país aún enfrenta desafíos en cuanto a conocimientos financieros. En comparación con otros países de la Unión Europea, España se encuentra rezagada en este aspecto, ocupando posiciones inferiores en el ranking europeo según establece el estudio “Panorama de la Educación 2023. Indicadores de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)”, publicado el 12 de septiembre de 2023.
Esto no resulta ser una casualidad, más bien nos encontramos ante una causalidad fomentada por los cambios tan drásticos y en breves periodos de tiempo que hemos experimentado en las últimas décadas. Si hacemos un pequeño resumen con las principales características de cada generación, encontramos factores clave para entender nuestro comportamiento:
Taxonomía de generaciones
Como podemos ver en la tabla superior, las generaciones más jóvenes mantienen en común la digitalización y el auge de Internet, mientras que las generaciones anteriores han vivido situaciones sociopolíticas complejas con herramientas limitadas y apenas acceso a información. A pesar de las marcadas diferencias en el entorno externo de cada generación, los jóvenes hemos crecido bajo la influencia de nuestros padres, madres, abuelos y abuelas, observando y aprendiendo de sus experiencias, aunque el mundo en el que nos desenvolvemos sea completamente distinto.
Este desfase implica que mantenemos una mentalidad similar a la de nuestros antecesores, pero que resulta inadecuada para el contexto actual, llevándonos a situaciones estresantes donde la disonancia cognitiva entre lo que queremos, pensamos y hacemos es protagonista. Nuestro sistema de ideas y creencias sigue basándose en la idea del ahorro, la seguridad económica a futuro y la construcción de una vida próspera. Perseguimos el “sueño español” aun siendo inviable en la realidad actual, dado que las condiciones laborales, los salarios y el de vida han cambiado significativamente.
¿Qué ha cambiado? Contexto externo.
Incremento del de vida:
El 78% de la población en España experimenta inquietud por el aumento del de vida, afectando directamente a la Generación Z y los millennials. El estudio “Cigna 360-Vitality” apunta que España registra una puntuación de 24/100 en bienestar financiero, muy por debajo de los niveles óptimos. Este trabajo revela que la principal causa de ansiedad económica sigue siendo el coste de vida (47%), seguido por la incertidumbre sobre el futuro (38%) y las finanzas personales (38%). En este punto resulta lógico cuestionarse cómo ahorrar para el futuro si los precios de alimentos, vivienda, educación y otros recursos básicos continúan en aumento.
Ingresos estancados:
Aunque los costos han aumentado y continúan en esa misma tendencia, los ingresos no han crecido al mismo ritmo para muchas personas jóvenes. Esto puede deberse a diferentes variables como la globalización, la automatización, cambios en la estructura laboral o la desigualdad de poder de negociación entre empleados y empleadores, entre otros cambios en la economía que han llevado a salarios estancados o incluso decrecientes en ciertas industrias y sectores.
Endeudamiento estudiantil:
En muchas partes del mundo, el de la educación superior ha aumentado considerablemente, lo que ha llevado a niveles récord de endeudamiento entre los estudiantes. Esta deuda puede tener un impacto significativo en la capacidad de los jóvenes para alcanzar hitos financieros como comprar una casa o ahorrar para la jubilación. Cada vez es más habitual combinar el estudio con el trabajo para hacer frente a estos, siendo de crucial importancia la formación continua para mantenerse como un activo valioso en el actual mercado laboral.
Inseguridad laboral:
Derivado de los cambios que comentamos a nivel macroeconómico, las nuevas generaciones enfrentan una mayor inestabilidad en el mercado laboral, con trabajos temporales, contratos de cero horas y una mayor competencia global por empleos. Esto puede generar estrés adicional y dificultar la planificación financiera a largo plazo, volviendo al mismo punto de partida una y otra vez.
Cambio en las expectativas sociales:
Las expectativas sociales sobre el nivel de vida y el éxito también han cambiado con el tiempo, generando una presión adicional sobre las nuevas generaciones para alcanzar ciertos estándares de vida, incluso si esos estándares son cada vez más difíciles de alcanzar. La sociedad contemporánea a menudo asocia este éxito a la adquisición de bienes materiales y experiencias costosas, derivando en una mentalidad de consumo excesivo y endeudamiento.
Tecnología y redes sociales:
Si bien la tecnología y las redes sociales pueden ofrecer oportunidades económicas y de conexión, también pueden contribuir al estrés económico al exponer a los jóvenes a comparaciones constantes con otros y a presiones para mantener un cierto estilo de vida. Al consumir las aparentemente perfectas vidas de otros en plataformas como Instagram, Facebook o TikTok, los jóvenes pueden experimentar sentimientos de insuficiencia o fracaso si perciben que no alcanzan esos niveles. Esta dinámica está fuertemente influenciada por los algoritmos de las plataformas, que ofrecen publicidad específica y segmentada en función de los intereses, comportamientos de navegación y datos demográficos de los usuarios, creando un círculo vicioso difícil de romper debido a la sobrecarga de información.
Desigualdad económica:
La creciente desigualdad económica puede hacer que sea más difícil para los jóvenes de familias de bajos ingresos ascender económicamente, lo que puede perpetuar el estrés financiero intergeneracional. Frecuentemente, enfrentan restricciones en el acceso a recursos económicos, educativos y sociales, lo que les dificulta obtener empleos bien remunerados o la oportunidad de construir activos financieros como propiedades o inversiones.
Estos factores externos afectan negativamente a nuestros esquemas y paradigmas ya establecidos, creando una incapacidad generalizada de los más jóvenes en el ámbito económico. Esto se debe en gran medida a que las creencias sociales y las herramientas disponibles están desactualizadas conforme a los últimos cambios. Al analizar las diferencias generacionales y comprender las nuevas necesidades sociales, podemos entender mejor la situación y ofrecer soluciones adecuadas para los actuales desafíos.
En la segunda parte de este artículo, indagaremos en cómo las nuevas generaciones han redefinido los estándares establecidos y han adoptado patrones de comportamiento financieros diferentes a los tradicionales. Este análisis nos permitirá tener una visión más amplia de la coyuntura actual y proponer soluciones pertinentes para abordarla.