Detrás de las ofertas: El Black Friday y la psicología del consumo
SafeBrok - 17 nov 2023
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Se acerca el Black Friday, una de las fechas principales para quienes tienen un negocio y, en consecuencia, para quienes buscan aprovechar ofertas y promociones y adquirir productos a precios de ganga. Pero, ¿qué sabemos realmente sobre el Black Friday?
Es bastante habitual que algunos traders afirmen que en un fin de semana, en este caso el Black Friday, es posible ganar el equivalente a un mes de operaciones. Puede que cueste creerlo, pero lo cierto es que la emergente alfabetización digital y la cultura ligada a la búsqueda incesante del mejor trato ha situado esta fecha en lo más alto de las prioridades en la estrategia comercial de muchas empresas. Indagar en la psicología del Black Friday y evaluar el comportamiento del consumidor en estas fechas ayuda a comprender un fenómeno que hoy está lejos de ser "una campaña más".
A continuación, trataremos algunos puntos clave para entender este fenómeno mundial:
¿Cómo surgió el Black Friday?
El origen del término “Black Friday” se asocia a menudo con el comercio minorista en Estados Unidos. Inicialmente, el término se utilizó para describir el movimiento y el ajetreo en las calles el día después de la festividad de Acción de Gracias. Sin embargo, con el tiempo, la expresión comenzó a ser utilizada de manera positiva por los comerciantes, quienes se dieron cuenta de que este gran movimiento casi siempre resultaba en ganancias significativas. Lo cierto es que, en los últimos años, con el auge del comercio electrónico y la globalización, el concepto de “Black Friday” se ha extendido por todo el mundo y se ha convertido en un evento reconocido internacionalmente y esperado tanto por consumidores como por comerciantes.
La psicología detrás del Black Friday
Hay varios factores que llevan a los consumidores a adquirir productos que muchas veces no necesitan. La psicología del consumidor y el neuromarketing han profundizado en este ámbito, con el fin de comprender los procesos cognitivos que justifican la toma de decisiones en estos momentos:
El miedo a perderse algo:
Uno de los principales factores que condiciona y, en consecuencia, lleva a los consumidores a ser más impulsivos a la hora de comprar, es precisamente el miedo a perder una excelente oportunidad de conseguir un buen negocio. El cerebro humano se siente naturalmente atraído ante este tipo de estímulos, haciendo que esas ofertas y descuentos resulten muy atractivos.
El “efecto manada”
Durante toda la campaña del Black Friday, las empresas nos lanzan constantemente mensajes alentando el consumo y la compra. La sensación de ahorro es tan atractiva que no nos paramos a reflexionar sobre el deseo real de adquirir o no esos productos, simplemente nos dejamos llevar por las campañas de marketing. Las conversaciones se llenan de términos como “compra”, “oferta” y “oportunidad”, estamos recibiendo los mismos mensajes de nuestro entorno más cercano, llevándonos a imitar el comportamiento del grupo por presión social.
La dopamina
El comprador compulsivo es el más perjudicado en esta masiva oleada de ofertas ya que, en el momento de la compra, se produce una descarga de dopamina muy grande en nuestro cebero, haciéndonos sentir placer y bienestar. Esta efímera sensación pronto se transforma en culpa y arrepentimiento, perjudicando a quienes no son capaces de controlar su conducta compulsiva.
Datos relevantes
Comparado con el año pasado, se espera un incremento del gasto en hasta un 35% durante el Black Friday, según varios informes de distintas organizaciones. En concreto, Webloyalty estima el gasto medio de los españoles en 162 euros, mientras que la Asociación Española de Consumidores (Asescon) indica una media de 196 euros, llegando a ascender hasta los 284 euros de media según la investigación de mercados realizada por Appinio. Respecto a la compra online, también se prevé un aumento considerable comparado al mismo periodo del año anterior, alcanzando un volumen de pedidos un 45% mayor. A pesar de que la sociedad en general se ha vuelto más desconfiada y reacia a ciertos hábitos de compra y venta, hay un segmento bastante fiel al Black Friday como son los Millennials (nacidos entre 1981-1996) y la Generación X (entre 1965 y 1980). Asimismo, Asescon asegura que el 81% de los españoles comprará en el viernes negro, porcentaje liderado por las ciudades de Barcelona, (96%), Málaga (93%) y Madrid (92%). A pesar de que el gasto medio previsto ha aumentado respecto al 2022, el 40% de los consumidores aseguran que el presupuesto destinado a estas compras se verá reducido por la inflación. Es más, el 82% de los hogares españoles pretenden ahorrar de forma previa para poder hacer frente al gasto.
Ventajas y desventajas
Como todo, los extremos no suelen ser convenientes y desestabilizan cualquier situación. En este caso, el aumento del volumen de compra generalizado viene acompañado de un aumento simultáneo de timos y estafas. El año pasado, hasta 650 tiendas online fueron detectadas realizando suplantaciones de otras marcas conocidas o vendiendo “gangas” con la finalidad de robar datos bancarios. El Black Friday ha sido muy criticado, sobre todo por las organizaciones dedicadas a la defensa del consumidor, debido precisamente a fomentar un estilo de vida extremadamente consumista, basado en el endeudamiento y la impulsividad. Por otro lado, muchos comercios han sido acusados de aumentar los precios previamente y rebajarlos para la campaña del Black Friday, lo cual es una forma de publicidad engañosa. Todo este consumo se ve reflejado en la cantidad de residuos generados durante el Black Friday, ya no solo en forma de basura sino también por el aumento de la producción en fábricas, la actividad comercial y transportista. Existe un conflicto entre lo emocional y racional que solo podemos resolver con criterio propio e información. Es importante comparar y prepararnos con antelación, monitorizando el precio de los productos que nos interesan durante un par de meses antes. También es fundamental repasar las condiciones de compra y la política de devolución de las tiendas donde queramos comprar, ya sea online o física. Así, podremos estar cubiertos ante posibles condiciones desfavorables que puedan imponer algunos comercios con el fin único de vender lo máximo posible. En cuanto a las estafas, debemos tomar ciertas precauciones para evitarlas. Si bien la compra online es, por lo general, bastante segura actualmente, siempre puede haber brechas de seguridad que no podemos pasar por alto. Lo primero que debemos corroborar es que el sitio web del comercio en cuestión tenga certificado de seguridad, lo que hace que nuestros datos estén cifrados y seguros. Otro paso importante es comprobar el pié de pagina, donde suelen aparecer los datos de contacto y la información legal del comercio. Esto es de mucha ayuda a la hora de comprobar que dicho comercio sea lícito. Por último, es conveniente huir de ofertas extremadamente buenas o anuncios que nos inciten a descargar aplicaciones o extensiones de navegador para acceder al descuento.
En conclusión, esta tendencia ya bastante establecida puede afectarnos directamente si no estamos atentos a nuestra salud financiera. Todo ahorro puede ser un gasto si no somos responsables y realistas de cara a nuestra inversión.